Nosotros estuvimos en el de Preciado, un espacio con decoración entre retro, con papel emulando libros y americano, de dos plantas pero no muy amplio. En nuestra visita la de abajo estaba cerrada; comimos en la de arriba, una sala pequeña y con las mesas un poco juntas.
El servicio fue muy agradable, portándose de maravilla con nosotros y con nuestro hijo pero también fue muy lento. A pesar de que el restaurante estaba medio vacio las hamburguesas tardaron demasiado.
La carta es la habitual: alitas, fingers, nachos, ensaladas, costillas, pollo, fajitas, etc. más lomo alto (pelín caro a 18€). La carta de hambuerguesas nos es muy amplia, ofrece unos 10 tipos pero muchos de ellos son parecidas con variantes de quesos: brie, aros, emmental tres quesos, queso, bacon, picante con jalapeño, monster egg, aceite de trufa y de pollo. También tienen minihamburguesas por 3€ lo que es ideal si vas con niños pequeños. Con el peso si hay bastante variedad, desde 120gramos por 6,9€ hasta una de dos kilo por 68 euros. Los tamaños medios, 200/250 gramos rondan los 10 euros, barato.
Nuestro menú:
- Aros de cebolla, harinados en tipo tempura, no son los mejores de Madrid porque existen los de Mad Café que sino.... (7€)
- MiniBentley con queso, una minihaburguesa para comer de un bocado. Ideal si vas con niños
Vienen acompañadas de patatas, un tanto escasas y normalitas, pero las hamburguesas, nuestro leitmotiv, son de lo mejor que hemos probado últimamente. Perfecta la carne y perfecto el conjunto. Hacía tiempo que no veíamos un sitio donde le cojan también el punto a la carne, estaba tan jugosas que no le echamos ningún tipo de salsa. Se hicieron esperar pero merecieron la pena.
La cuenta, con 2 Coca-Colas y un agua, salió por 33 euros. Un sitio perfecto que escala al número 3 de nuestro ranking de hamburguesas de Madrid