Restaurante Bacira

Bacira es probablemente el restaurante de Madrid que más suena últimamente en las redes sociales. El boca a boca ha llevado a que para conseguir mesa en este local del barrio de Chamberí donde cocinan Vicente de la Red (que ha estado en Restaurantes del prestigio de El Celler de Can Roca, Aponiente o Viridiana), Gabriel Zapata y Carlos Langreo, haya que esperar más de un mes, pero bien merece la espera

Se define a sí mismo como restaurante "donde el Mediterráneo y Asia se dan la mano". O lo que es lo mismo, podría ser un restaurante de comida fusión, pero no solo eso. Tienen platos tradicionales y platos donde se mezclan sabores y texturas de una forma mágica, pero sobre todo, lo más importante, todo está riquísimo.

En la carta ofrecen de casi todos los platos medias raciones, idea magnífica para poder degustar cuantos más platos mejor. Mientras elegimos, nos sirvieron unos chupitos de brandada de bacalao, con el detallazo de servirnos uno por cabeza, contando también al niño. Magnífico comienzo.

Queríamos probarlo todo, pero finalmente nos dejamos asesorar (fantásticamente, por cierto) para no pasarnos y poder probar un poco de todo. Optamos por:

- Navajas con bergamota: Plato muy bonito, con mejor sabor aún. El contraste de la bergamota con el sabor a mar, de lo más acertado. Probablemente el mejor plato del día. No podíamos empezar mejor.

- Tiradito de vieiras con tobiko, brotes, cortezas y yuzu: Muy buena, con la gracia que dan las huevas de pez volador.

- Huevo a 65º con migas, patatas y chorizo: De lo más tradicional, sin innovación ni fusión de ningún tipo, pero no por ello menos rico. De hecho las mejores migas que hemos comido últimamente. Se presenta con el huevo escalfado y lo parten y mezclan al servirlo.

- Mollete japonés de mollejas de ternera, chimichurri, menta, pepino y ají amarillo: El mollete tiernísimo con sabor intenso.

- Chipirones encebollados a la plancha con su tinta: Muy buena presentación, y rico de sabor pero sin innovaciones.

- Cerdo ibérico agridulce: Tampoco es ninguna innovación y probablemente resultara el plato más prescindible de todos. Además, llevaba entre los ingredientes cilantro que como siempre, se superponía a cualquier otro posible sabor.

Ya en los postres, elegimos:

- Nuestra versión del "Drácula": Fue nuestra primera referencia de este restaurante y teníamos clarísimo que lo queríamos probar. Fantástica manera de rememorar la diversión infantil asociada a este polo de nuestra infancia. No puedes dejar de probarlo.

- Chocolate3: Con lo que me gusta el chocolate, no podía dejar de pedirlo. Estaba muy rico, pero la verdad es que al lado de la maravilla del Drácula, no aportaba nada nuevo.

La cuenta final, con agua, refresco, un par de copas de vino Jaspi Blanc (Garnacha) y café, salimos por 45 € por cabeza.

En definitiva, un lugar más que recomendable y apostaríamos que próximamente tendrá algún "galardón de reconocido prestigio". Os recomendamos eso sí, que si vais, os atreváis con los platos más extraños de la carta y os salgáis de lo "tradicional". Esa fue la recomendación final del Maitre que nos tuvo atendidos de manera espectacular desde que cruzamos la puerta. Creo que cuando volvamos le haremos caso y nos dejaremos llevar al 100% por sus recomendaciones.

Comentarios

  1. soy fan vuestro!!! uno del norte que come chuletones!

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    1. Del norte y comedor de chuletos dos grandes cualidades!!! un abrazo!

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